Gratuidad y educacion

El Gobierno anunció una nueva propuesta de gratuidad en educación superior que abarcaría al 50% más vulnerable de los estudiantes y, de esta manera, incorporar a universidades privadas.

Especialistas coinciden en que si se limitan los cupos que ofrecen las instituciones que se adhieran a la medida, los más afectados serán los alumnos más vulnerables.

Mientras el Gobierno entrega las primeras luces de cómo piensa el proyecto de gratuidad en la educación superior, la mayoría de los expertos ha coincidido en que avanzar en la gratuidad universal en instituciones acreditadas costaría unos US$ 4 mil millones.

Sin embargo, todos los cálculos hasta ahora se han hecho considerando la matrícula actual que supera el millón de estudiantes. Pero un nuevo elemento surgió cuando se conoció que una de las exigencias que estudia el Mineduc es poder limitar los cupos que ofrezcan las instituciones que accedan a la gratuidad.

Esto, porque según los datos del Consejo Nacional de Educación, en los últimos años la matrícula de la enseñanza superior ha crecido entre 6% y 3%. Y si bien el año pasado se registró un estancamiento a nivel universitario, los institutos profesionales -que reciben alta proporción de jóvenes vulnerables- siguen al alza.

En este escenario, la fundación Acción Educar analizó qué pasaría si la matrícula sigue creciendo a una tasa de 3%, la más conservadora.

En ese contexto, se aprecia que para dar gratuidad a todos los estudiantes, a 2020 se requerirían US$ 905 millones adicionales a los US$ 4 mil millones que se han estimado. Esto, claro, si no se limitaran las matrículas, lo que generaría un alto impacto principalmente entre los jóvenes de los grupos más vulnerables.

Según los datos de la última Casen, solo un tercio de los jóvenes más vulnerables accede a la educación superior, mientras que en los sectores de mayores ingresos la cobertura está casi en el 90%.

En cuanto a los alumnos que cubrirá la gratuidad en 2016, EL Mineduc explicó que estos deben pertenecer a los cinco primeros deciles socioeconómicos de la población y estar matriculados en carreras de pregrado presenciales, diurnas o vespertinas, dictadas en las instituciones elegibles.

Un aspecto que el Ministerio de Educación resaltó que es la gratuidad cubre tanto a los estudiantes que entren el próximo año a estudiar, así como también a quienes ya se encuentran cursando alguna carrera en los recintos que cumplan con los requisitos expuestos anteriormente.

Una de las condiciones que deberán cumplir las instituciones para acceder a la gratuidad es acatar el sistema de aranceles que fijará el Ministerio de Educación. Sin embargo, una de las preguntas que surge es si la gratuidad comenzará a regir al mismo tiempo en todos los planteles o bien, se comenzará por algunos específicos.

El rector de la U. de Valparaíso y líder de las Ues. estatales (Cuech), Aldo Valle, señala que este plan “debería iniciarse por las universidades públicas”.

Previo a esto, el rector de la U. Católica, Ignacio Sánchez, señaló en entrevista con La Tercera que la gratuidad debería partir en los planteles técnicos y luego, en universidades regionales. En tanto, el experto de la U. Diego Portales, José Joaquín Brunner, señala que debiera iniciarse por los alumnos con necesidades y mérito y no por tipo de instituciones.

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